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Érase una vez existía una estabilidad en las carreras profesionales. Comenzabas un trabajo, y te quedabas hasta la jubilación. Pero los tiempos han cambiado. El concepto de que una carrera corporativa es la mejor forma de lograr la estabilidad ya no es cierta. La sociedad exige más del futuro, y muchos recurren a las franquicias para ayudar a hacer realidad los sueños. Los empresarios que están firmando en la línea de puntos de un contrato de franquicia no lo están haciendo para poder trabajar en otro trabajo. A pesar de lo que hayas escuchado, están dando el salto porque comprar una franquicia no es como comprar un trabajo.

1) No puedes ascender en tu trabajo
No importa lo bien que trabajes, llega un momento que no puedes subir de categoría. Más esfuerzo y trabajo de mayor calidad no siempre equivalen a avanzar. Sin embargo, con una franquicia, trabajas por cuenta propia y tú eres quien tiene un impacto directo en el rendimiento de tu negocio y, a su vez, en tu cheque de pago.
2) No tienes control sobre tu trabajo
En un trabajo, lo más probable es que esté sujeto a las reglas y normas del empleador. Es probable que trabajes de lunes a viernes con un horario fijo y con poca flexibilidad. Tienes horas de vacaciones, los días de enfermedad y los plazos limitados. Cuando eres dueño de una franquicia, eres dueño de tus reglas. ¿Quieres ir al campo de golf un miércoles al mediodía? ES dcisión tuya. Además de eso, ¿qué mejor seguridad laboral hay que ser el controlador de tu seguridad laboral?
3) No puedes tener 2 trabajos a tiempo completo
Cuando has llegado a la cima en tu trabajo y necesitas más ingresos, no puedes elegir un segundo trabajo de tiempo completo para duplicar tu dinero. Cuando trabajas para alguien, la única manera de ganar más dinero es encontrar otro trabajo o solicitar un aumento de sueldo. En la franquicia, si tu primer local está funcionando bien, puedes optar por establecer una segunda ubicación para seguir creciendo, desarrollar tu negocio y como resultado incrementar tus ingresos.
4) No puedes vender tu trabajo
Esas largas noches en la oficina no generan un resultado que te genere ingresos directos si quieres dejar tu trabajo. No puedes entregar cada propuesta comercial, plan de presupuesto y campaña de marketing en la que has trabajado a otra persona a cambio de un cheque. Sin embargo, cuando inicias un negocio, estás generando valor en el que otras personas pueden estar interesadas. Has creado un activo que puedes elegir vender para obtener una ganancia.
5) En un trabajo no tienes un apoyo garantizado
Seamos honestos, si trabajas para un empresario, pueden haber personas en tu lugar de trabajo que esperan que fracases. Y seguro que no tienes un grupo de animadores que te brinden recursos y ayuda con tus tareas diarias. En una franquicia, tienes un equipo de personas detrás cuyo único trabajo es asegurarse de que tengas éxito. No estás solo en el proceso de hacer crecer tu negocio, y tienes un sistema de franquiciados y equipo de profesionales de la franquicia que te animan.
6) Con un trabajo no puedes dejar un legado
Tu pariente más cercano no puede "heredar" tu puesto de trabajo cuando estás listo para dejarlo. Además, no puedes garantizar que tu posición no será entregada a alguien que estropeará lo que te ha costado tantos años conseguir. En una franquicia, tú eliges quién se hace cargo de tu empresa cuando estás listo para terminar. Puedes construir algo increíble para que tu familia lo lleve adelante.
Comprar una franquicia no se trata de comprar un trabajo. Se trata de invertir en tu felicidad.
Fuente: www.franchising.com